El origen del Aquelarre
El proceso creativo que seguí para realizar la obra pasó primero por la elección de, en este caso, la obra de Goya que iba a representar en mis cuatro páginas de cómic. Cuando elegí la obra Aquelarre, decidí que tenía que darle una vuelta a la misma, así que desarrollé una pequeña historia a partir del cuadro en la que se representaría cómo surgió esa icónica imagen del macho cabrío rodeado de mujeres. Una vez desarrollada la historia, los diálogos y el storyboard, con la complejidad de cómo representar la transformación del protagonista en la cabra, diseñé los dos personajes que más iban a aparecer en estas cuatro páginas. Hecho eso me dispuse a trabajar las páginas en digital, pasé el storyboard al programa donde limpié las viñetas y ahí ya hice el boceto a limpio de todas las imágenes. Con las viñetas abocetadas entinté las partes importantes, que son las que resaltarían y los fondos los pinté en digital, haciendo que las capas de fondo y personajes se separasen visualmente, para que el lector leyese la historia con facilidad.